A pesar de que el espolón calcáneo y la fascitis plantar están íntimamente conectados, son condiciones distintas. Ambas se producen tanto en la zona de los pies como en los talones. Sin embargo, no producen el mismo tipo de dolor. Además, son bastante frecuentes y, en ocasiones, llegan a ser complicadas de solucionar. De hecho, dependiendo del punto en el que se encuentren, pueden imposibilitar el hecho de caminar bien. Por eso, desde nuestra Clínica Quirónsalud en Alcázar de San Juan, queremos contarte las diferencias entre ambas, para saber cuál padeces y aplicar el tratamiento adecuado para cada una.
La fascitis plantar
Lo más importante para diferenciarlas es saber la localización del dolor. En este caso, se produce en la fascia plantar. Este es un tejido que va desde el calcáneo hasta la zona metatarsal. Es muy habitual en atletas y personas con retracción de la musculatura flexora.
La fascia plantar es de tipo elástico y actúa a modo de banda. Su función consiste en absorber la energía que el pie produce cuando toca el suelo, es decir, al caminar. Acostumbra a tener entre 2 y 4 milímetros de grosor por lo que, si supera los 4 milímetros, se produce inflamación y dolor.
Por norma general, el dolor suele ser muy intenso, obligando incluso a cojear. Sin embargo, suele desaparecer con el descanso prolongado, si bien aparece de nuevo cuando hay periodos de actividad. Además, es en los primeros pasos del día cuando más se nota, llegando incluso a haber cierta rigidez.
Hay varias razones por las que se puede sufrir una fascitis plantar, que en ocasiones se solapan.
- Sobrecarga por actividad física o deportiva. Como la fascia plantar absorbe el peso y la función, es habitual que su inflamación se produzca por sobrecargas de actividad física.
- Retracción del tendón de Aquiles. Tener los pies planos, el arco plantar alto o una alteración de la marcha puede afectar al tejido fascial. En este caso, tendrá exceso de trabajo o se retirará de forma anormal. Esto puede producir desgarros e inflamación.
- Ciertas enfermedades. La artritis, por ejemplo, puede causar inflamación en los tendones, lo que da lugar a una fascitis plantar. Es una causa bastante habitual entre pacientes de edad avanzada. También la diabetes puede contribuir al dolor, sobre todo entre ancianos.
- Calzado incorrecto o defectuoso. Como muchas otras condiciones que afectan a los pies, el uso de calzado no adecuado puede influir. Sobre todo, si no se ajustan adecuadamente o no proporcionan el correcto apoyo o amortiguación.
El espolón calcáneo
Por otro lado, el espolón calcáneo es una deformación del hueso en la parte inferior del talón con forma de pequeño gancho. Sin embargo, por sí mismo no es doloroso, al contrario que pasa con la fascitis plantar. Lo que produce molestia es la irritación de los tejidos situados alrededor de esta protuberancia.
Este crecimiento anormal se suele producir por la acumulación de calcio tras soportar un exceso de presión durante un periodo de tiempo prolongado. Sin embargo, como comentamos, existe un gran porcentaje de la población que tiene espolón calcáneo y es completamente asintomática.
Existen ciertos elementos, sobre todo relacionados con el estilo de vida, que pueden causar la aparición de espolón calcáneo.
- El sobrepeso aumenta la tensión.
- El uso de calzado inadecuado, demasiado plano o que amortigüe mal.
- Una mala alimentación, que lleve a la acumulación de toxinas y proteínas de origen animal.
- Ciertas alteraciones posturales de la columna lumbar o de la pelvis.
Tratamientos de la fascitis plantar y el espolón calcáneo
Antes de aplicar el tratamiento, es importante identificar si sufres de espolón calcáneo o fascitis plantar. Para ello, un profesional debe realizar un diagnóstico correcto. Lo primero es revisar la historia clínica, haciendo hincapié en los antecedentes familiares, los hábitos alimenticios, el calzado, traumatismos que haya podido sufrir, etc.
Seguidamente llega el examen clínico, que es lo más importante para detectarla. Si se realiza una prueba radiológica y se observa la calcificación con esa forma de “pequeño gancho”, es un espolón calcáneo. Si no, hablamos de fascitis plantar.
En el caso de que la fascitis plantar se produzca por mal apoyo, lo habitual es que los podólogos recomienden una plantilla personalizada. Esto evitará que se produzca un golpe en el pie, además de cambiar la estructura del mismo. Por otro lado, suele ser necesario realizar una terapia manual tanto de la planta del pie como de la musculatura a su alrededor. Además, hay diferentes tratamientos que garantizan el alivio del dolor. Hablamos de algunos como las ondas de choque focales, la radiofrecuencia, la magnetoterapia, el ultrasonido, los infrarrojos o la presoterapia.
En el caso del espolón calcáneo, lo primero es intentar que desaparezcan o remitan los síntomas. Esto se hará aplicando hielo varias veces al día, haciendo hincapié en el reposo, haciendo ejercicio moderado, tomando fármacos antiinflamatorios o usando plantillas especiales.
Si estos tratamientos no dan resultado, se debe plantear la cirugía. Sin embargo, lo más importante es acudir a un podólogo especialista.
En Quirónsalud Alcázar de San Juan te haremos un diagnóstico preciso y recomendaremos el mejor tratamiento. No dudes en ponerte en contacto con nuestros profesionales y pide cita en el 926 567 200.