Con la llegada de las estaciones más frías del año, en ocasiones, no nos damos cuenta de que debemos cuidar los pies con más atención. Y es que los cambios bruscos de temperatura o un tipo de calzado inadecuado, pueden ser causas que provoquen dolencias específicas. Además, debemos tener en cuenta el cuidado de los más vulnerables como son niños y personas mayores, cuyos pies son más sensibles al descenso de las temperaturas.
Dolencias comunes en los pies durante el invierno
Parece paradójico que con la llegada del frío, protejamos y cuidemos diferentes partes de nuestro cuerpo y no hagamos lo mismo con nuestros pies. Y es cuando, al no prestarles la atención adecuada, pueden aparecer trastornos dermatológicos y molestos como los que te detallamos a continuación:
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Callos y durezas
Este tipo de afecciones que pueden aparecer durante los meses de verano, se ven acentuadas en cuanto comenzamos a usar calzado cerrado. La piel de nuestros pies se protege del roce que pueda ocasionar el calzado, endureciéndose en aquellos lugares en los que se ejerce mayor apoyo o fricción. Si no se aplican cuidados necesarios en esas zonas, la piel se irá endureciendo progresivamente hasta que aparecen los callos o las durezas que pueden producir dolor, inflamación y, en ocasiones, infección.
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Sabañones o eritema pernio
Se trata de una de las afecciones podológicas más frecuentes durante los meses de invierno. Los sabañones son un tipo de lesión en la superficie de la piel que se desencadena tras un tiempo prolongado de esta con un ambiente frío o húmedo y una consiguiente exposición al calor. Esta combinación provoca esta inflamación que resulta muy dolorosa.
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Pie de Trinchera
Esta dolencia que se describió en la Primera Guerra Mundial, estaba relacionada con una mala circulación a causa de llevar las botas muy apretadas, dificultando la circulación y un exceso de humedad. La consecuencia era una maceración de la piel. Esta dolencia poco común puede aparecer en aquellas personas que practican deportes de invierno y que están, durante un tiempo prolongado, en contacto con nieve o hielo. También deben prestar especial atención a sus pies, los trabajadores que pasan horas en zonas forestales húmedas. Un mal aislamiento de sus pies puede desencadenar la aparición de esta dolencia. El tratamiento pasa por restablecer los parámetros normales de temperatura e hidratación.
Además de estos trastornos dermatológicos pueden aparecen otras dolencias como las metatarsalgias. Se trata de un tipo de lesión que afecta a la planta de los pies y, en concreto, al área más cercana al inicio de los dedos. Esta dolencia provoca un fuerte dolor y suele ser más común en mujeres y deportistas. Entre las muchas causas que pueden provocar esta dolencia, el cambio de calzado plano, que solemos llevar en verano, a otro tipo de zapato con algo más de altura, es una de ellas. Los tacones, el calzado estrecho, demasiado duro o de suela delgada, aumentan las posibilidades de sufrir esta dolencia.
Algunos consejos para el cuidar los pies
Para que los cambios de estación afecten lo menos posible a la salud de tus pies es importante que los prepares como se merecen. Para ello, te recomendamos que sigas algunas de estas pautas:
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Permitir una buena transpiración
Calzado cerrado y sudor es una mala combinación. Para ello es importante que utilices calcetines de fibras naturales. De algodón o hilo son las mejores opciones ya que dejan transpirar impidiendo que el pie sea el que reabsorba la humedad. En cuanto al calzado prioriza aquellos que no aprieten demasiado tus pies.
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Evitar fuentes de calor directas
Aísla y mantén calientes tus pies con unos calcetines y calzado adecuados. Debes saber que exponer tus pies a una fuente de calor artificial puede favorecer la aparición de sabañones.
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Las suelas y un buen calzado son importantes
Una de las principales funciones de la suela es la de protegernos de la humedad y del frío. Asegúrate además que tu calzado ofrezca amplitud y movilidad a tus pies.
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Calzado con suela antideslizante
Es importante para evitar caídas o torceduras. Recuerda que en invierno los resbalones suelen ser comunes por ello es vital que tu calzado cuente con suelas de más agarre y antideslizantes. También es importante que selecciones este tipo de suelas a la hora de practicar ciertos deportes como running o trekking.
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Exfoliar tus pies de manera regular
Consulta a tu podólogo para que te recomiende una crema podal para hidratar y exfoliar tus pies de manera habitual. Con ello aliviarás las durezas que puedas tener.
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Estimular la circulación
Realiza baños de contraste entre agua tibia y fría para estimular la circulación. Además esta acción tiene un efecto antiinflamatorio.
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Lleva un estilo de vida saludable
Muévete, hidrátate correctamente y, siempre que puedas, intenta activar y favorecer la circulación de tus pies a través del ejercicio. Evita también mantener tus pies en la misma posición durante horas.
Si vas a practicar deportes de invierno, atento a tus pies
Con las primeras nevadas, arranca la temporada de ski. Si vas a practicar este deporte es importante que tengas en cuenta una serie de recomendaciones para proteger y cuidar tus pies:
- Utiliza calcetines específicos. Evita que tengan costuras y que no presenten arrugas.
- Hidrata correctamente los pies por las noches para evitar rozaduras y para ganar resistencia a posibles agresiones.
- Selecciona unas botas adecuadas a tu nivel de técnica, talla y horma.
- Presta especial atención a las plantillas.
Tanto si quieres preparar tus pies para el invierno como si reconoces algunas de estas dolencias, es importante que acudas a un especialista. No tardes más en pedir cita en nuestra clínica Quirónsalud de Alcázar de San Juan para que podamos cuidar y comenzar a tratar tus pies.
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