La aparición de lesiones en los pies como pueden ser las ampollas son la complicación más frecuente en el camino de todos los peregrinos.
Pueden parecer una lesión menor en la mayoría de los casos, pero a menudo se convierten en un problema para el peregrino por la necesidad de continuar caminando. En cualquier otro caso, la primera recomendación a cualquier paciente en el que aparecen ampollas es DEJAR DE CAMINAR E INICIAR REPOSO.
El caso del peregrino es bien distinto, es más, hay peregrinos que consideran ese sufrimiento como parte de su camino, y nada más lejos de la verdad, porque la vivencia del Camino, sea por el motivo que sea, no implica la complicación con lesiones dermatológicas en los pies.
A continuación, os explicaremos las causas más frecuentes de aparición de las ampollas en los pies y algunos trucos para evitarlas y/o prevenirlas en cada caso.
1. Causas más frecuentes de las ampollas en los pies
1.1. El exceso de humedad en el interior del calzado
Se deben a una mayor transpiración de la piel (sobre todo en verano) como consecuencia de estar caminando durante un tiempo prolongado.
El uso de calcetines técnicos sin costuras, que sean altamente transpirantes, son una opción casi obligatoria para prevenir este tipo de lesiones. Otra opción, es combinar estos calcetines con otros calcetines convencionales de algodón, colocando primeramente el calcetín técnico sobre la piel y, después, el calcetín convencional. Con ésto, conseguiremos tener 2 acciones complementarias: la primera, que el calcetín exterior absorba el sudor, manteniendo el interior del pie lo más seco posible. La segunda, es eliminar la fricción sufrida por la piel con el calcetín, ya que el roce se producirá entre ambos calcetines y la piel sufrirá menos. Nos será de gran ayuda, sobre todo en las bajadas, que es la parte del camino donde más sufren los pies en este tipo de trayectos.
Actualmente, podemos encontrar una “gama alta” de calcetines para senderismo que llevan incorporado un doble calcetín en su parte plantar, lo cual es una magnífica opción si queremos afrontar con garantías este tipo de problema.
Para aquellos peregrinos que saben que sufren de “hiperhidrosis” o exceso de sudoración en la piel, podemos optar por introducir estos tipos de polvos entre ambos calcetines, cuya función será atrapar el exceso de sudoración del peregrino.
1.2. Dermatitis por enfermedad autoinmune
Tipo psoriasis o por infección fúngica o pie de atleta, o infección bacteriana (impétigo). También, valorar la infección por VPH (virus papiloma humano).
En estos casos, siempre debemos contar con el diagnóstico de un podólogo que valore la patología y pueda instaurar un tratamiento eficaz. NUNCA deberemos tratar la aparición de las ampollas por nuestra cuenta porque seguramente agravaremos la situación.
1.3. Quemaduras
Debido a la exposición al frío o al calor excesivo, o por exposición solar. También, pueden aparecer tras contacto con algún producto químico o cosmético.
En este caso, lo más importante es averiguar la fuente de la exposición para eliminar la causa, es decir, si lo relacionamos con la aplicación de alguna crema o producto, debemos limpiar la zona cuidadosamente con agua y jabón neutro, y así, eliminar cualquier resto de producto. Posteriormente, podemos aplicar vaselina sobre la zona para rehidratarla y compensar las dishidrosis sufrida, aunque una opción mejor es usar Betadine gel para, además, aplicar un antiséptico local.
2. ¿Cómo curar las ampollas en los pies?
- Intentar conservar la piel que recubre la ampolla, ya que sirve como apósito de manera natural.
- Si tenemos el caso de arrancamiento de la piel como en la imagen superior, debemos retirar toda la piel muerta con la ayuda de un bisturí y, siempre, desinfectando la zona previamente con clorhexidina acuosa o Betadine.
- Si la ampolla es muy dolorosa, podemos pincharla por un extremo, vaciando el líquido interior con ayuda de una jeringa. Así, eliminaremos gran parte del dolor porque aliviaremos la presión hidrostática producida por el líquido acumulado.
SIEMPRE deberemos colocar un apósito de segunda piel para cubrir la herida una vez desinfectada y mientras tengamos que seguir caminando.
Éstos son ejemplos de los más habituales en consulta.
Otra opción, son los famosos COMPEED que poseen un gel que amortigua la zona:
No son mala opción si queremos continuar nuestra travesía, pero hay que tener mucho cuidado tanto al fijarlos sobre la piel como al despegarlos, ya que su pegamento es bastante potente y podrían producir un arrancamiento de la piel de la ampolla.
Por eso, os recomendamos despegarlos con ayuda de agua templada, para así poder disolver parte del pegamento del apósito. También, hay que realizar el cambio del apósito tras cada fin de etapa, NUNCA SE PUEDEN DEJAR VARIOS DÍAS, puesto que se pueden producir infecciones bajo el apósito y no ser detectables en un primer momento.
3. Trucos para acelerar la curación de las ampollas en los pies
3.1. Aprovechar el vaciamiento y drenaje de la ampolla
Para rellenarla de Betadine líquido. Posteriormente, se drena de nuevo el Betadine mediante exprimido de la ampolla. De esta manera, aplicamos un antiséptico en el interior de la ampolla, sin retirar la piel circundante que nos servirá de apósito natural (aunque siempre la tapemos con un apósito de segunda piel).
3.2. Aplicar Vaselina o Geles anti-fricción
Siempre son un plus de seguridad añadido, sobre todo en personas con la piel sensible a este tipo de fenómenos.
No es necesario aplicarlo en todo el pie, pero sí podemos incidir sobre la zona plantar y de los talones, en caso de aparición de rojeces, incluso en los dedos.
Éstos son los que nosotros usamos de manera habitual y son bastante económicos y prácticos.
El stick anti-fricción también va fenomenal para aplicarlo sobre los muslos en aquellas personas que tienden a sufrir ese tipo de rozaduras.
3.3. La elección de los CALCETINES es fundamental
Es necesario el uso de calcetines técnicos sin costuras, para evitar cualquier zona de roce/fricción y asegurar una correcta evacuación del sudor.
A continuación, os dejamos un ejemplo de calcetín doble de senderismo que hemos probado en el camino y nos ha ido genial. Los hay de distintas marcas y precios, lo mejor es preguntar a vuestro vendedor habitual.
3.4. Muy recomendable el uso de bastones
Ya sean de trekking o convencionales. Nosotros recomendamos los de senderismo, ya que además de ser plegables, poseen cierta amortiguación en cada apoyo, y nos sirve para reducir la presión que sufren nuestros pies y rodillas en cada impacto. Los indicamos en la imagen inferior los hemos probado y son bastante ligeros y resistentes.
4. Caso real
Por último, queremos dejar un caso clínico de un paciente que ha realizado buena parte del Camino desde Roncesvalles y, por desgracia, lo tuvo que abandonar en Logroño debido a las terribles heridas sufridas en los pies.
Éste es el estado en el que acude nuestro paciente a consulta, con ampollas y heridas infectadas que le impedían la normal deambulación.
El primer día de consulta, instauramos tratamiento antibiótico, heparina sódica de bajo peso molecular, marcha con bastones junto con calzado postquirúrgico y reposo el mayor tiempo posible. Realizamos desbridamiento quirúrgico de todas las heridas y aplicamos mezcla de Betadine gel + pasta de ácido hialurónico puro con vendaje ligeramente compresivo.
Instauramos pauta analgésica para aliviar el dolor agudo sufrido por el paciente.
Tras 48 horas de tratamiento, comenzamos a ver el resultado de nuestra pauta de tratamiento:
Realizando curas cada 48 horas, el resultado obtenido a los 6 días de tratamiento del paciente es el ALTA con normal deambulación y resolución de todas las heridas y ampollas:
Nuestro paciente continuará con su camino a Santiago, pero siguiendo todas las pautas y recomendaciones dadas en consulta para no tener los mismos problemas.
Como último consejo: ACUDIR SIMPRE A LA CONSULTA DE UN PODÓLOGO antes y después de hacer el Camino de SANTIAGO.
Y recordad siempre: “BUEN CAMINO”.
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